La prensa también cocina memoria

Así ha contado mi historia el mundo editorial

Durante mucho tiempo, el interés de los medios en la gastronomía se centraba en la novedad, en lo exótico, en lo innovador. Sin embargo, con el tiempo, algo cambió: empezaron a mirar hacia atrás. Ahí es donde mi trabajo encontró un hueco y, para mi sorpresa, una gran acogida.

Desde el primer reportaje que me dedicaron, noté un enfoque distinto. No era una entrevista más, era una conversación sobre lo que significa comer como comíamos antes, sin nostalgia barata, pero con mucha verdad. La prensa empezó a interesarse por conceptos que yo llevaba años defendiendo: la sostenibilidad, el producto local, el recetario tradicional.

He aparecido en medios regionales, nacionales y especializados. Cada artículo, cada entrevista, ha sido una oportunidad para explicar que recuperar una receta es un acto de resistencia cultural. No se trata solo de recordar, se trata de reaprender a vivir y a alimentarnos con lógica, con identidad, con respeto al entorno.

Algunas piezas se han centrado en mi faceta investigadora, otras en los showcookings y talleres que realizo. También ha habido espacio para hablar de proyectos más personales, como los recetarios que estoy reconstruyendo o la futura escuela de formación. Cada entrevista me ha hecho pensar y replantearme el valor de lo que hago.

Lo que más agradezco de estas apariciones es que han ayudado a visibilizar una forma distinta de entender la cocina. Una forma que no busca el espectáculo, sino el arraigo. No quiero que me recuerden como alguien que cocinó platos bonitos, sino como alguien que ayudó a que no se perdieran los de siempre.