Un libro para honrar la memoria culinaria de siempre
Escribir un libro de cocina tradicional no es reunir recetas y darles formato. Para mí, es un acto de responsabilidad. Cada preparación tiene una historia, cada ingrediente, una razón de ser. «Sabores de antaño», el título provisional del libro que estoy preparando, es mi forma de rendir homenaje a la cocina que me hizo quien soy.
El proceso ha sido lento, pero muy rico. Empezó con la recopilación de notas, conversaciones con mayores, recetarios olvidados y documentos antiguos. No quería reproducir lo ya dicho, sino contar lo no contado: lo que pasa cuando se cocina en silencio, lo que enseñan las manos con experiencia, lo que no cabe en una foto de Instagram.
El libro incluirá más de treinta recetas, pero también ensayos, reflexiones y relatos cortos. No solo leerás cómo hacer un arroz con acelgas, sino por qué esa receta existe, cómo ha llegado hasta hoy y qué representa. Será una obra para cocinar, sí, pero también para leer y pensar.
Uno de los capítulos más emocionantes está dedicado a los platos festivos. Ahí recojo memorias de Pascua, de Navidad, de fiestas patronales. Platos que no se cocinan por hambre, sino por costumbre, por identidad. Ahí está la esencia de nuestra cultura alimentaria.
El proyecto incluye colaboraciones con fotógrafos, ilustradores y otros investigadores. Quiero que sea una obra coral, con la misma riqueza y pluralidad que tiene la cocina popular. El objetivo no es solo documentar, sino emocionar.
Publicarlo será un punto de partida, no de llegada. Espero que «Sabores de antaño» inspire a otros a abrir sus propias cajas de recetas familiares, a preguntar a sus mayores, a cocinar con calma.